Barcelonés de nacimiento, el legionario Roger de Flor nació con el nombre de Josep María Marti i Medall. Aunque nacido en una familia burguesa, pronto empezó a sentir simpatía por las ideas anarquistas. El desencadenamiento de la Semana Trágica en Barcelona le decantó completamente para la lucha por esa causa. Comenzó una actividad criminal con robos y sabotajes en empresas, siendo su especialidad el uso de explosivos. En 1920 tras un asalto fracasado, cayendo sus compañeros abatidos por la policía, y siendo buscado por ésta, encontró un cartel de recluta de la nueva unidad que se estaba creando para luchar en África. Ni corto ni perezoso corrió al banderín de enganche y se alistó con el nombre de Roger de Flor. Semanas más tardes estaba bajo el sol africano. El capitán  Saturnino Gómez de la Fuente, tras combatir junto a él, averiguó su historia real y, viendo sus habilidades con los explosivos, lo reclutó para la BRIAAP, con la promesa de que al licenciarse su expediente estaría limpio y volvería inmaculado a Barcelona.