Sargento Jesús Díaz Amodeo

Hombre de familia muy humilde, nacido en Albacete. Desde pequeño deseaba entrar en el ejército y cuando fue destinado al Regimiento de Caballería "Dragones de Santiago" n 9 en Barcelona, sintió que su sueño se hacía realidad. Tuvo una dura infancia. Ser huérfano le hizo obtener unas habilidades de adaptabilidad y supervivencia sobresalientes. 

El Sargento consiguió una gran reputación en su Regimiento gracias a su exquisita educación y saber adaptarse a la personalidad de cada superior. Pronto consiguió un puesto menos operativo, en la plana mayor de mando. Se convertía en el mejor amigo del mando o mandos que tenía por encima de él en la jerarquía. Es un hombre que no tiene horarios para servir a la patria. Siempre ha puesto su trabajo por delante de sus necesidades, por lo que es el hombre más condecorado de su Regimiento. Multitud de medallas adornan su traje de “bonito”, si bien ninguna de sus condecoraciones son por méritos en combate. Sin duda, son todas y cada una de ellas merecidas y así lo ratifican los incontables informes sobresalientes que todos sus mandos han dado sobre él a lo largo de los años. Estos innumerables reconocimientos le han hecho ganarse el “cariñoso apodo” de “El Sargento Medallas”.

Siempre sabe con quien hablar para conseguir siempre el mejor equipamiento, horario, estancia, guardia… Exceso de adulación, halagar innecesariamente, necesidad de agradar, eran algunas de sus “habilidades” más destacadas según las malas lenguas, pero no las únicas. El Sargento Díaz Amodeo se crió entre monjas y sacerdotes, en un orfanato religioso y allí obtuvo las mejores calificaciones además de una muy destacada y conocida por todos formación religiosa. Conocidas son sus buenas obras, donaciones y colaboraciones con el páter de cualquier Regimiento. Es un hombre de oración que donde va lleva su fe y buenas obras. El Sargento Díaz, se enteró “accidentalmente” de la existencia de la BRIAAP y le pareció un destino más que apetecible además de un reto… y como no podía ser de otra forma ingresó la BRIAAP con unos informes intachables que le señalaban como la mejor opción de su Regimiento, de su zona militar, del ejército y quizás del mundo.