Legionario Faustino Pérez

Nacido en una familia de tenderos de Valladolid, Faustino Pérez tuvo una educación acorde a su posición económica. Cuando llegó la hora de ser reclutado, debido a los contactos de su familia, rápidamente consiguió un buen puesto. Destinado en el regimiento de infantería Ceriñola, tuvo la suerte de estar convaleciente en el hospital de Melilla con una pierna rota, salvándose de una más que posible muerte en el Desastre. Tras conocer el triste final de sus compañeros, pidió ser destinado a la Legión.
Mientras servía el blocao de Beni Said cerca de Nador, junto al cabo Vicente de la Rubia Martínez, en las estribaciones del monte Gurugú, sufrieron un ataque nocturno. Sus enemigos no eran rifeños, sino extrañas criaturas de garras afiladas y colmillos sedientos de sangre y carne. Defendiendo la posición como pudieron, y tras ver caer uno a uno a todos sus compañeros, solo quedaban en pie el Faustino y de la Rubia.
Heridos y a punto de desfallecer, la llegada de una unidad de la BRIAAP al mando del teniente Echevarría salvó la vida de ambos. Viendo la situación y a que enemigo se enfrentaron, todo se enmascaró para simular que habían sido los rifeños locales los causantes del ataque. Ambos fueron conminados a unirse a las filas de la BRIAAP, dentro de la que sirven desde entonces.