Tras salir de la academia fue destinado al Regimiento de cazadores Alcántara 14. Excelente jinete y deportista, en 1920 forma parte del equipo de polo de la delegación española en las olimpiadas de Amberes, donde consigue la medalla de plata.

Tras ello se reincorpora su unidad en donde combatirá con valor en El Desastre. Durante la jornada del 23 de julio de 1921, en la tercera carga sobre los rifeños en el rio Igan recibe un disparo de refilón en la cabeza cayendo inconsciente como consecuencia de éste. Dado por muerto despierta por la noche y encuentra el campo sembrado de cadáveres de hombres y caballos. Y entre estos, ve extrañas criaturas que están devorando la carne de los muertos. Ocultándose entre las rocas del río seco logra escapar.

Milagrosamente regresa a Melilla. Es recogido por una patrulla muerto de sed y con fiebre. Cuando habla de lo ocurrido, nadie da crédito a sus palabras. Nadie excepto los hombres de la BRIAAP. A partir de ese momento el teniente Campos se convierte en uno de los activos de la Brigada.